sábado, 12 de julio de 2008

ESTRIAS NOCTURNAS

SOLEDAD EN LA CIUDAD


¡ Hemos llorado tanto mi soledad y yo.!

Entre el agua perturbada del reposo
se necesita lavar la ropa harapienta,
abrir la ventana del ennegrecido suelo
lleno de butacas vacías ...

tener fe en la esperanza

sin ilusión ninguna,
en este barco negrero que es la vida,
siempre a bordo
esclavo de uno mismo.

Si se pudiera cambiar de brillo la tristeza ...

los ojos
no se estrellarían contra el cielo,

ni dejaría la ceniza en cualquier callejuela,

copularía en el lecho caliente del asfalto
a la sombra de esas prisiones
brillantemente iluminadas,

de esos bloques parpadeantes
hincados en el cielo ...

donde la soledad baila con tacones
y se viste de transeúnte e insomnio,

de secas alas de silencio.




NOCTÁMBULO


Las sombras del pasado le acompañan,
caligrafían una piel marcada,
el desasosiego dibuja en su cara
tantas letanías,

en el fondo de una ginebra
le da cuerda al recuerdo,
cerrando con su propia llave
el sabor de tantos años.

Como un hábito más
se enreda
en los pliegues de la noche,

busca esa compañía
que apure tanta soledad,

olvidarse a sí mismo
sobre un cuerpo alquilado,

deambula las aceras,
los bares nocturnos,

nadie.

Calzando esos pasos ojerosos
llenos de cansancio ...

se dibuja
una escueta figura arrumbada,


se le hace ...
demasiado largo el regreso

para tanta soledad.


Al fin
la tranquilidad de la casa
y el sueño

como un bálsamo.



(Otro día más)





BALADAS NOCTURNAS



Oyes ...
esas baladas
que tantas noches
viviste a su lado,

el eco
de esos dulces momentos musicados
resbalan por tu piel.

Aquellas cómplices miradas,
hoy lejanas,

desiertas ...


y en tu pecho no brilla el amor.


Pero algo sigue vivo
en el recuerdo,

que a veces regresa,

y los acordes de esas melodías ...

te hacen daño.



BIS



¿ Cómo estás ...?


pese a que caminamos juntos,
te siento tan cercano

y tan ausente.

Sin embargo,
habitas en mí
bajo la misma piel,

usas mi cepillo de dientes,

mi pijama ...


Sufres el llanto de abrazarte a mí,

ahogándote en la noche

entre mis brazos.



NO TE ACORDARÁS a Noemí.


No te acordarás,
supongo ...

de aquel ramo de rosas
esperándote
tras la puerta,

con aquel poema
temblando,

entre mis manos.


No te acordarás
supongo ...
de esas noches,
esperándote
asomado a la ventana,
ningún timbre sonó
avisándome de tu presencia,
y yo, muerto de amor,

esperándote...

( pero el tiempo logró
que un adiós se escuchase
al romper tu nombre,
como cosa perdida.)


Seguramente ...


Ahora sí,
te acordarás,

de esa noche en que tú estabas
llorando al teléfono,

déjame ir, decías ...

y yo, mi amor,
mi amor ...

estaba con otra.



MARIPOSA NOCTURNA


( Detrás de cada beso,
siempre hubo
un dulzor de noches rodando,
marcando la estrechez de nuestros labios.)


Envuelta en tu vestido nocturno de besos
te acaricié,
encerré mi lenguaje de rocío en tus brazos
porque no sentías mi nieve de pasiones,

con lágrimas y esperma
pinté tus noches,
empapelé tu invierno con hojas de mis manos.

Te amé ...

con el ardor de la lava en mi piel,

pero dejaste en mis manos
el gamo de tu sombra ...

un sueño engacelado de recuerdos.



EL INQUILINO NOCTÁMBULO



Las palabras que no brotan,
las que merezco...
petrificadas por el miedo,

por este inquilino
noctámbulo y harapiento
que me hace la cama
y me viola.



LA NOCHE ENVUELVE


La noche envuelve
esa rutina de sabernos cadáveres,
de batallas perdidas,
de pieles llenas de costras ...
demasiados huérfanos entre la muchedumbre,
demasiados silencios vacíos,
demasiados escombros se amontonan
tras un vaso de ginebra ...


La noche envuelve
mohosos recuerdos ahogándose en alcohol,
amplias estancias donde habita la soledad,
donde atesoran reliquias estériles

para llenar el hueco

de lo que pudo haber sido...


La noche
navega por la espiral de una escalera
que nos lleva al fondo
de esos fósiles recuerdos ya marchitos
donde queda impresa
la huella táctil de tanta soledad,

llena de pasadizos ...

donde habita ese alguien,

dentro,


perdido ...

que nos llora.




MUJER DE VIDA a Carolina



Una nube de perfume de garrafón
inunda el portal más oscuro,

escasamente vestida con un body rojo
que ni le cabe en el cuerpo,
con sus pinturas de guerra
comparte soledades y excesos,

tan completamente viva
desnuda su amargor
con sus labios marchitos de ocasos,

( fingiendo ser ...
duele menos la vida.)


Tantas horas doblada como una perra
agarrada a los lavabos,
mirando al vacío ...

Esos tíos que dejan sus escombros
y su semen, sobre tu piel atormentada,
llenan tu trasero de promesas y vaselina.

Pagas con carne y asco tu vida,
metes los dedos en la boca hasta la columna,

aprietas ...
de rodillas contra el váter,

y te dices ...

qué asco de vida,


creo que no merece la pena vomitar.



VOYEUR a Alejandra


Me gustan tus piernas
que se vean bien esas piernas tan largas,
desde abajo,
como el que recorre un hermosa pista,
así, así, hasta el borde de las bragas ...

Y ahora te las vas bajando, poco a poco,
sensualmente despacito, poquito a poco,
eso es, así, como el que entra en la gruta, hasta el final,
buscando, buscando, la bóveda al fin del resplandor,

eso es , eso ...


Y desnuda te envuelves entre sábanas,
y te enroscas y saltas y las apartas,
rodando y rodando ...


Y ahora con los ojos abiertos
como un lince a punto de saltar,
te recorres de deseo, encelada,
y hurgas entre las piernas, al fondo
tus dedos se pierden entre el vello,
eso es, y otra vez, y te agitas desencajada,
como una niña mimada que se vuelve de repente un animal.

Así,
eso es,
sensual,
tierna,
desesperada ...


Perfecto, Alejandra, perfecto,

has estado muy bien.

Muchas gracias.



CANALONES MARGINALES para María



Hablaba de sí misma
con la cara marchita de ilusiones,
bordando lágrimas desiertas
que en paracaídas se le caían
del cielo de sus ojos,
sobre la aspereza de esos días cansados
cosidos uno a uno a sus venas.

La sal del mundo
comulga su improperio
en la llaga mortal de su palidez
sedienta de esas migajas de pan
que llevarse al brazo,
donde la vida se le iba
aferrada a una gracia
de unas manos que se le fueron retirando.

(Abarrotadas venas de caucho
sangráis sobre cenizas agonizantes.
Alambradas cerebrales latiendo
sobre oscuros callejones de vómitos helados.

Canalones marginales
vomitando enjambres de desolación.
Blancos polvos inyectados de sangre
en esos ojos vidriosos de bosques encantados.)


Loca, amiga mía ...


Una noche infernal aterida de frío y cariño
entró en el baño de un café,
entre el agujero más profundo de su miseria
fecundó la aguja más siniestra,
quiso sentir el paraíso que se le fue negado
tocarlo con la punta de sus dedos,

hasta sus bragas se humedecieron ...

sobre un largo suspiro,

cerró su última página.



EL MENDIGO


El último recodo de la noche
en su envoltura de cartón,
su aspecto desaliñado y maloliente,
tejido de cobardes limosnas
en su humildad abofeteada.

Miraba el cielo libre
con sus manos extendidas
mendigando una sobra de compasión,
recitando sus lágrimas
a cambio de nuestro moho caritativo,
del lastimoso vino de nuestra villanía.

Se abría a la vida derrotado,
ebrio bajo la lluvia hostil
renunciando a todo el veneno de los días,
acreditando su vida arrumbada
sobre el desahucio humano de nuestra conciencia.

Ahí está frente a nuestra miseria
como una llaga agonizante de vida,
con el mismo préstamo de desvalido que nosotros
en esta tributaria y solitaria existencia.


La pobreza que somos,
ese pan que nos cuesta compartir ...

reclusos perpetuos condenados a las hambres
que ni siquiera podemos compartir nuestra miseria.

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